sábado, 20 de agosto de 2016

Hogar es donde estés.

Hogar es todo sitio que recorra tu piel.
O caricias de tus labios sabor miel.
Garantizas mi salvación sin prejuicios.
Acaricias mi corazón sin lamentos.
Rápidos latidos, vaivén de sentimientos.

Eres mi cura, evitas que me haga daño.
Sin promesas, ni máscaras, ni engaños.

Dónde habías estado toda mi vida.
Oh, dime por qué te encontré perdida.
No sé, quizás era yo quien lo estaba.
De cualquier forma, me encontraste.
En mi soledad, en silencio gritaba.

Es así como tú has llegado a ser,
Sensación bonita en mi cuerpo.
Te quiero y de eso no me arrepiento.
Eres poesía, arte, puro sentimiento.
Sí, lo más bonito que he llegado a ver.

domingo, 19 de junio de 2016

Perdido.

Sin rumbo, perdido, tan perdido que ni mi propia sombra me reconoce.

Dice que soy un desconocido y que me sigue porque está buscando algo, a alguien... le pregunto "¿me buscas a mí?" Y me responde con un "tal vez", con un "no lo sé", me dice que se pierde entre la noche, que me ha visto y le parezco familiar, otras se pregunta a sí misma "¿por qué estoy contigo?", por qué sigue mis pasos y sigue mi camino... sin saber que ni yo sé por qué está conmigo, sin saber que no sé cuántos pasos ni cuál es mi camino... estoy perdido, tan perdido que la noche me llora, que el día se esconde de mí, que la una me abandona y que las nubes se ríen de mí, respondiéndome con lluvia, abrazándome con un frío manto que rodea mi cuerpo, nublando mi vista... y seguiré perdido, sin saber dónde estoy, sin saber dónde me duele, sin saber encontrarle sentido a esta estropeada brújula que me guía, sin saber ni cómo ni cuándo me perdí, ni dónde pertenezco, buscándome entre los ojos de la gente, buscando que alguien me reconozca y reconozca haberme encontrado.

Perdido, sin rumbo, deambulando por mi mente, por mis ténues sueños, explorando mis más dulces pesadillas, hasta que algún día, mi pérdida me enseñe que mi pérdida merezca la pena encontrando lo que siempre he estado buscando, lo que nunca he tenido, lo que siempre había perdido... yo.

miércoles, 15 de junio de 2016

¿Por qué?

La noche estrellada, el lienzo más delicado de Van Gogh, la manzana del Edén, el fruto prohibído de la vida.

Tan fuerte como un diamante y tan frágil como un cristal, tan de cafés por la mañana como de charlas por la noche, a veces sumergida en chocolate como ahogada entre sábanas, y que la guerra se haga sobre tu cama, que las armas sean almohadas y las paces el despertador por las mañanas, tanto de andares delicados como figura de cisne, suave tacto de tus plumas al fuerte viento que arrasa, como tan de rugido de leona, que ningún malhechor tache tu nombre de impuro, que ningún villano maldiga tus dotes de pecado, que ningún demonio intente profanar tu divinidad, tu delicadeza, tu grandeza, tu buena bondad.

Tú que eres maestra en hacer que los errores no sean arrepentimientos sino lecciones, tú que das lecciones de vida a los más afortunados y a los que menos das esperanza, ¿qué te das a ti? ¿cómo te ves? A ojos de los demás eres pura gracia, eres risa, eres fuerza, eres libre y humana... para tus ojos eres tristeza, débil, un monstruo, aprisionada.

Dame tu "por qué" que yo firmé mi sentencia dándote el mío.

miércoles, 25 de mayo de 2016

Ser sin saber.

Me perdí intentando encontrar a alguien que jamás aparecería, me perdí buscando la razón en la utopía, perdí mi fe por rezarle a un Dios que en mí no creía, y por  buscar lo que nunca se me había perdido, perdí todo lo que tenía.

Siempre he sido mi peor enemigo y mi mejor aliado, siempre he ido por la vida libre y a la vez aprisionado, libre en el sentido de ser el capitán de mi destino, y aprisionado en el sentido de no tener el significado de libertad muy bien definido. Siempre he sido de esos que tienen máscaras, que ensayan sonrisas en el espejo, que ve en la lluvia sus ojos, su reflejo, que si sale el sol cierra las cortinas, que siempre deja la puerta abierta y nunca entra, que deja pasar y nunca espera.

Soy de esos que no tienen paciencia, que admiran al tiempo por pasar y no mirar atrás, de esos que prefieren un poco de demencia a mucha clemencia, soy de esos que a la oscuridad temen, y no de la noche, sino de lo que esta esconde.

Ni más ni menos, soy uno entre un millón, soy de esos que prefiere ocultarse tras un caparazón, que prefiere vivir esperando a la persona adecuada aunque lo adecuado sea dejar de esperar y vivir, sentir, no temer al morir...

Sin duda soy de esos que llaman fantasmas, lobos solitarios, monstruos o raros, pero que acaban destacando entre el resto por ser los más humanos.

martes, 23 de febrero de 2016

Desordenado...

Y entonces pensó que ya estaba todo dicho. Hasta que la vio pasar, su sonrisa, su mirada, su forma de andar, todo lo que lo enamoraba se volvía en su contra, dejándolo perplejo.
-Y entonces pensé... "Tonto de mí, tonto por haber pensado que podrías enamorarte de alguien como yo, de alguien que ni siendo puzzle encajaría con su otra mitad, porque esta mitad está rota, y tú, quien podría reparar este daño, dañas sin saber cómo, ¿y cómo podrías saberlo? Si jamás te he dicho nada, y jamás nada te diré, porque si digo lo que siento muero, y si muero no podré sentir esto que me mata, siendo la única prueba de vida que tengo, siendo lo poco que poseo, una vida que no me pertenece ni merezco, y un amor que no responde ni me corresponde. Por esto y por más jamás te diré palabra alguna, porque prefiero amar en silencio a silenciar mi amor, porque prefiero morir sabiendo que he sentido, a no sentir y por nada morir."
Moría por decirle todo lo que sentía.

jueves, 18 de febrero de 2016

Insomnio retórico.

Cuán hermoso puede ser un instante en el que dos miradas enlazan más que un gesto tan simple como compartir un breve segundo entre par y par de ojos; cuán hermoso puede ser un instante en el que un beso es más que una palabra, más que un acto y más que un intervalo de tiempo, sino cosquilleo por la espalda y frío por el cuello; cuán hermoso puede ser un instante en el que dos amantes se desean hasta el punto de desnudarse sin haber quitado prendas de por medio, hasta el punto de haber hecho el amor sin mero contacto físico, hasta el punto de decir "te quiero" sin soltar ni una palabra.

Cuán hermoso puede ser un instante por degustar ese suculento plato que llaman "amor", escuchar esa orquesta sinfónica, ese agradable y dulce olor, ese tacto ténue y suave, tan suave como la seda, y observar ese paisaje idóneo o "locus amoenus", ese Edén...

Cuán hermoso puede ser un instante de amor y cuán terrible puede ser una vida sin él, pero entonces, ¿qué es el amor y qué es el amar? ¿y ser amado? ¿qué es ser amado?

¿Qué significa ser esa mirada complementaria? ¿qué significa ser esos labios donde reposan otros que encajan a la perfección? ¿qué significa desear? ¿y el deseo? ¿y qué significa desear ser deseado? ¿qué son esas dos palabras? ¿y por qué tienen tanta fuerza? Ese sabor... ese sonido... ese olor... ese tacto... esas vistas... tan familiares y tan desconocidas, ¿qué son? Y más que eso... ¿qué han dejado de ser para mí? ¿es esto un grito de auxilio? ¿o un exilio del que no soy consciente? No lo sé...

Aún así, sigo sin saber lo que sé, y de lo que sé estoy poco seguro, porque siendo como soy, miento hasta cuando digo la verdad y siempre soy sincero.

Febrero.

He de reconocer que hacía frío fuera, pero contigo sentí calor, me sentí acogido entre brazos que jamás soltarían un alma sin rumbo fijo como la mía, que serías mi guía y mis alas, y yo tu escudo si algo malo te pasara. Y recuerdo ese paraguas, ese que quedó pequeño ante nuestros imprevistos bailes, sin plan ni ritmo más que el ritmo de mi cabeza y mi murmullo de canción, ¡y tú la seguías! La seguías al son de mi corazón. Entre latido y latido, gota y gota, nos empapamos y corrimos en búsqueda de cualquier seco lugar, perdidos sin haber perdido el rumbo ni el ritmo de aquel baile y aquella canción.